A unos 100 metros de la playa de la Concha, en un 5º piso con ascensor y con plataforma para acceso de personas de movilidad reducida. Aunque la distribución choca un poco al principio, se trata de un piso muy cómodo y "vivido", es decir, no es el típico apartamento de alquiler en el que falta de todo, sino un piso en el que vive gente, en el que no falta de nada. La calefacción funciona muy bien, y, pese a ser un último piso y a haber llovido mucho, está muy bien aislado y no hay goteras ni nada parecido. El baño, amplio y limpio, con una distribución poco habitual (al fondo, retrete, lavabo y bidet; antes, dos lavabos, y a la izquierda la ducha) que en cierto modo resulta más lógica y práctica. Dos únicos peros son el escalón que hay para entrar al baño y la nevera, tal vez un poco pequeña y con un congelador más pequeño aún. La plaza de aparcamiento está como a unos 15 minutos andando y es muy amplia. Si puedo, repetiré.