Salamanca es una ciudad única, tan completa y monumental, que es muy difícil visitarla en una sola jornada. El viajero apresurado tendrá que conformarse, lo que no es poco, con imprimir en su retina las imágenes más perdurables de una urbe dorada y repleta de edificios que destilan historia y arte por sus cuatro costados. También en la ciudad del Tormes sigue latiendo el espíritu libre, dinámico, cosmopolita y siempre joven que emana de su prestigiosa Universidad, un espíritu al que es imposible sustraerse y que tiene la virtud de contagiar a todos los que se internan, aunque sea brevemente, por la rúa y plaza de la antigua Salamanca.
Todo su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es peatonal e invita a un rela