La Casita fue un amor a primera vista y una vez allí nos la queríamos llevar, como si fuera posible. Es que es hogar, te sientes en casa, es preciosa y no falta detalle; nos faltaron días para compaginar nuestro camino gastronómico con disfrutar de las excelentes prestaciones y menaje de la cocina. La Casita es ideal tanto si vas en familia, amigos o pareja. Así también a destacar, la ubicación en el centro es perfecta.
Y si ya te sientes en casa, cuando conoces a la propietaria, Ana Eiras, es que te sientes en familia; amable, atenta, simpática...¡Es riquiña total! ¡No hay suficientes camelias para agradecerle lo maravillosa anfitriona que es!
Y sí, ha pasado un mes de nuestra estancia y sigo con una morriña máxima de La Casita de la Catedral y de Santiago, mágico.
Gracias, Ana, que por muchos años sigas recogiendo lo que siembras, linda 🙏❤️ Con ganas de volver y repetir en tu preciosa Casita💖