Hemos estado 11 personas una semana. Puntos positivos: La casa está limpísima y es muy espaciosa y acogedora. Te reciben con huevos caseros de sus propias gallinas). Muy bien situada. Las vistas tanto desde las habitaciones como desde el exterior, insuperables. Hemos disfrutado el atardecer en las tumbonas, con vistas a las montañas... Muy relajante. Las habitaciones, muy espaciosas y las camas y almohadas, comodísimas. Si abres la ventana, puedes dormir escuchando el sonido del río que corre al lado de la casa, rodeado de una impresionante vegetación y despertar escuchando a los pájaros. Tiene 2 neveras. El garage, convertido en zona de juegos, un gran acierto, aunque los dardos no podían utilizarse porque no se clavaban (seguro que si lo hubiésemos comunicado a María Eugenia, lo hubiera solucionado). La zona de barbacoa muy bien preparada para el buen tiempo; hicimos una, nos llovió y no pudimos disfrutarla... podrían techar esa zona, ya que la temperatura era buena para estar fuera sin mojarse. Puntos negativos: No tiene ya el gimnasio que oferta en la página, y una de las habitaciones es una cocina en la que han puesto 2 camas, con sus azulejos, cenefas con frutitas, cortinillas de cocina, telefonillo, puerta con cristal... En fin... Que no me hubiera gustado nada dormir en ella y me hubiera arruinado la estancia. La vitrocerámica es sumamente lenta, a pesar de ser de una buena marca (quizás necesita reparación). Aunque advierten de ello, no estaría mal que algo de leña para hacer al menos una barbacoa estuviera incluida en el precio. No supondría nada para los dueños y sería un gran detalle. Queda muy feo pedir 5€ por una cantidad de leña y tablas que no todo el mundo consume.