Es un lugar acogedor, te sientes como en casa desde el primer momento. Destacaría el baño y la cocina, que son funcionales y modernos. Las vistas son preciosas y se respira muchísima tranquilidad. El trato es inmejorable y cualquier duda o problemilla que ha podido surgir, ha sido solucionado de inmediato. Sin duda, ¡volveremos si tenemos la oportunidad!
Mi única pega es que el ascensor es algo estrecho, pero vaya, ¡nosotros no tuvimos ningún problema con eso!