Estuvimos una semana que nos organizaron Nuria y Lahcene, GENIAL.
Cuando buscaba viaje, y contacté con ellos no me imaginaba que iba a estar tan bien organizado y totalmente distinto de cualquier otro viaje.
Al margen de su hospitalidad, limpieza, buena comida y buenos anfitriones que cuidan al detalle que disfrutes cada momento, compartas el día en su salón amplísimo, baños y habitaciones decorados con gusto, es una Kasbah llena de color y alegría, buena comida bereber (que se ría la pizza italiana...) y hacen de buenos guías.
Vimos de todo y disfrutamos de cada momento, olores, colores, atardeceres, amaneceres. La ruta tenía de todo, ciudades, Kasbahs, mercados, paisajes y como no, desierto (indescriptible). La experiencia, única, llegó cuando una noche, nos ofrecieron dormir con una familia nómada, lejos de las comodidades a las que estamos acostumbrados, fue una grata sorpresa lo fácil que es olvidarlas solo con la amabilidad de la mujer y la sonrisa de las niñas.
También, el curioso picnic con barbacoa que hizo Lahcene al lado de un oasis, con Gitana por supuesto, su perra de aguas que disfrutó del baño.
Lo dicho, volveremos con nuestros hijos como si fuera "nuestra casa del desierto"