Estuvimos un grupo de 15 adultos y 10 niños en el puente del 9 de noviembre (Madrid). Es algo más cara que otras casas, pero merece la pena, creo que es la mejor casa para grupos grandes en la que he estado.
HABITACIONES son similares todas, con baño dentro, arriba la mayoría con terraza y abajo con jardín. Tamaño normal y agradables.
ZONA COMÚN. Tiene un primer salón acogedor pero pequeño para mucha gente. Luego hay otro pegado enorme donde estuvimos casi todo el rato que pasamos en la casa, con una mesa enorme, había sofás para 4 o 5, aunque afortunadamente las sillas son cómodas. Desde ahí sube la escalera a una sala de juegos (los niños al final van de sala de juegos a salón pequeñito que es donde está TV y pasan todo el rato por el grande por lo que les tienes controlados). Echamos en falta chimenea en el salón grande, pero bueno, por decir algo.
Hay un porche muy chulo y una parcela enorme.
UBICACIÓN. En el campo, a las afueras de Candeleda pero como a 5 min en coche, en la carretera que sube a Chilla. Por la zona hay mucho qué hacer sobre todo disfrutando de la naturaleza, aunque el tiempo nos impidió haber visto más cosas.
PERSONAL muy amable y profesional. Lo de Pablo es espectacular, preguntamos por encargar cenas porque siendo tantos... y él mismo se encarga (cocina muy bien) de hacer la cena, incluso entreteniendo a los niños. Fuera del momento de hacer la cena apenas le ves, pero es que el tío mide muy bien y transmite su pasión por la naturaleza (cogió seta poco usual, una rana para que la vieran los niños...).