Dúplex espacioso, muy apropiado para familias, con una habitación, baño y salón con terraza y cocina americana arriba; y otro baño completo, y una gran sala dividida en dos ambientes por paneles japoneses, adaptable hasta cinco personas abajo, así que aun estando juntos también habia momentos de intimidad. Abajo también hay una terraza a nivel de la piscina, con lo que teníamos nuestro sitio "privado" cerca del agua, y se podía estar pendiente de los niños desde las dos terrazas (niños más mayores) mientras se bañaban en las dos piscinas estupendas, una cubierta muy chula. A la playa había un paseo, que si bien no es para nada largo, cargado con los trastos playeros puede hacerse pelín pesado, así que cogíamos a veces el coche dado que cuando nosotros hemos estado no había problema de aparcamiento, en pleno agosto ya no se. Playa estupenda, arena fina, limpia, con chiringuito, dunas...y a última hora, con cuidado, y mucho respeto se podía pasear al perro (que nos lo llevamos porque en el alojamiento está permitido). No es playa can, así que supongo que si te ven, o hay conflicto pueden multar, pero la gente pasea al perro a última hora sin problemas. Por poner una pega que el horno no estaba todo lo limpio que nos gustaría, pero esa misma mañana se habían ido otros clientes y no les debió de dar tiempo a revisarlo todo. Juan muy amable y facilitador. Gracias.