El apartamento es un triplex, y está situado en las afueras de Roquetas, en una zona muy tranquila. Pensábamos que la zona del puerto sería mas acertado para estar en el centro de Roquetas, pero un día fuimos hasta allí y nos tuvimos que volver a la zona de las urbanizaciones porque no había ni ambiente ni zona de restaurantes. Al menos no había esa oferta turística para las personas que vamos de vacaciones, más bien parecía una zona para residentes.
La zona de ocio veraniego (restaurantes, parque infantil, tiendas) se encuentra a 2,5 km. La distancia es relativa, un poco alejada si vas con niños y un paseo si sois adultos. Es cierto que no hay problema en llegar en coche porque hay mucho aparcamiento por la zona.
La playa donde está situado el alojamiento es muy ancha y muy larga por lo que el espacio para la toalla está asegurado cerca de la orilla.
En cuanto al apartamento decir que ha sido un acierto, y más este año que no queríamos estar cerca del barullo...
La plaza de garaje es muy ancha y además está entre vigas, así que es imposible que el coche de al lado te golpee al abrir la puerta. Hay ascensor hasta la propia puerta de casa...
En la primera planta (es un 4º con ascensor) está la cocina muy bien equipada, junto a un cuarto donde está la lavadora. También hay un cuarto de baño con ducha, el salón (muy amplio y con mesa de comedor) y una terraza bastante amplia.
En el segundo piso hay 3 habitaciones, dos de ellas con una cama cada una y la tercera con cama de matrimonio. Esta misma habitación da acceso a la terraza superior, con una barbacoa y donde hay una gran mesa para comer.
Cosas que me han gustado:
- La amplitud de la vivienda.
- El aire acondicionado en todas las habitaciones (2 circuitos independientes).
- La limpieza del apartamento.
- La comodidad del sofá del salón.
- Las 2 terrazas, una idónea para el desayuno y para descansar, y la otra ideal para las horas de comida.
- Las vistas desde la terraza superior.
- El absoluto silencio a la noche, ni un solo ruido en la zona de la urbanización.
- La gran piscina comunitaria con sus jardines. La temperatura del agua es mas bien caliente, al menos para los que somos del norte.
- El acceso directo al paseo marítimo.
- Y por supuesto el arrendador, Sebastián, que en todo momento tanto en la reserva como en la estancia ha estado atento con nosotros y nos dio facilidades para confirmar la reserva.
Lo que menos me ha gustado:
- La luz que entra por las persianas, aún estando cerradas llega a entrar luz. Para nosotros no ha sido gran problema pero quizá hay gente a la que le moleste. Con un simple ajuste quedaría arreglado.
- El tener que acceder a la terraza superior a través del dormitorio de matrimonio para comer o hacer una barbacoa, la incomodidad de tener que subir 2 pisos tanto la comida como los utensilios de cocina.
En definitiva, lo que uno se encuentra es comodidad, descanso y disfrute, todo un acierto de apartamento.