Conil es sobre todo un pueblo de pescadores, lo confirma su coqueto barrio de la mar, con casas que parecenb sacadas de los cuentos nórdicos, sus angostas y empinadas calles que caen sobre las playa de luminosa arena, sus colores, con predominio de ese blanco que en Conil es mas blanco.
Los conileños, también llamados burreños, han sabido combinar lo tradicional con lo nuevo, no veremos en Conil enormes torres de apartamentos ni macrourbanizaciones compuestas por casas sacadas de moldes, todas iguales y despersonalizadas, todo lo contrario, se mantienen las casas del viejo pueblo y las nuevas se mimetizan con el entorno, siendo difícil diferenciar lo nuevo de lo tradicional.
En cuanto al ocio y la diversión, el paquete es amplio, bares de tapas y de copas, restaurantes que miman el pescado, sin olvidar la carne de la Janda y los diversos productos ibéricos de la zona, discotecas en preciosos patios plenos de vida y vegetación, discotecas...
El ayuntamiento mantiene una importante oferta cultural que completa el color de las noches conileñas, recitales, conciertos, exposiciones, cine de verano, en resumen de todo para todos.