Mi pareja y yo hemos estado en total 4 veces en esta casa, 3 años consecutivos (2018,2019 y 2020) un año incluso repitiendo en junio y luego en septiembre. Es ideal para una pareja o dos o tres personas. Tenemos maravillosos recuerdos de lo bien que lo hemos pasado allí e incluso consideramos a María (la propietaria) como de la familia, ya que hace siempre que te sientas como en casa. Este año no vamos a poder ir y ya estamos echando de menos esta casita, que es pequeña pero muy acogedora y tiene de todo.
Lo mejor es la parte exterior, con esa piscina privada y su zona del patio, donde relajarse y darte unos buenos baños. Es un privilegio. Además por la noche se está genial, ya que el clima de Conil es una maravilla y tanto en junio como en septiembre no hemos tenido calor, por lo que aunque no haya aire acondicionado no se echa de menos (ni siquiera hemos utilizado el ventilador que hay en la casa).
Está muy cerca de las playas, sobretodo de la de los Bateles, apenas a 10 minutos en coche, al igual que para ir al centro. A nosotros ésto nos gustaba, ya que preferíamos estar un poco alejados de todo el barullo.
La cama muy cómoda, el armario bastante grande, el baño pequeñito pero creo que la ducha estaba recién reformada, ya que cuando fuimos la primera vez no iba muy bien el agua caliente y la última vez no hemos tenido ningún problema.
Es cierto que no hay WiFi y apenas hay cobertura, así que abstenerse los que quieran estar pegados todo el rato al móvil. Nosotros como vamos siempre a descansar y desconectar ni nos importaba mucho, además hay un pequeño camino cerca de la casa donde se pillaba bien la cobertura.
Las sombrillas también son nuevas, por lo que María siempre está pendiente de lo que tiene que ir renovando.
La limpieza y el orden genial, así como las medidas covid (te obliga a echarte gel hidroalcohólico en las manos y un spray en los pies antes de entrar).
María vive al lado, por lo que si tienes cualquier problema ella te lo soluciona en cualquier momento.
Un saludo María, seguramente volvamos el año que viene, como siempre.
Nuria y Roberto (Madrid)