La casa era perfecta. Una casa con sabor menorquín, con una restauración magnifica y del mejor gusto, lo cual es extensible a su decoración. Tiene todos los detalles que se puedan pedir y más. No le falta de nada, el equipamiento es completo, y el estado de todo limpio y cuidadisimo.
Nuestra estancia era en enero durante 11 días, y nos preocupaba encontrar una casa que tuviera las condiciones de confort para una época en que pueden darse condiciones climatológicas adversas. Casa Bon estar ha sido la mejor elección posible. La familia Vinent propietaria de la casa ha estado pendiente en cada momento de cualquier detalle, su amabilidad, profesionalidad y trato ha estado a una altura increíble.
La casa tiene un gran encanto, desde las terrazas se ven los huertos de las partes traseras de las casas del pueblo de Alaior.
El pueblo es muy agradable y con mucha vida propia, lo cual para la época en que hemos estado era muy importante, dado que las urbanizaciones de playa están absolutamente vacías, sin ningún servicio de restauración, ni de supermercados. En cambio en Alaior tenias todo y con un ambiente local muy auténtico, nos ayudó a entrar en contacto con la Menorca auténtica. El sábado por la noche celebraron las hogueras de Sant Antoni.
Nos hemos dedicado al senderismo (es cami de cavalls), un circuito que bordea toda la isla, y el paisaje y la preservación de la naturaleza por parte de los menorquines es encomiable. Alaior por su situación en el Centro de la isla ha sido una base privilegiada por su ubicación para acercarse cada día a las diferentes etapas de la ruta.
Sin ninguna duda cualquier otra elección difícilmente hubiera podido superar lo ofrecido por casa Bon Estar de Alaior.