Una semana maravillosa en familia, para ir a PortAventura y a Aquopolis. Pero, en plena ola de calor, las noches en la casa se hacen insoportables. No hay aire acondicionado y con el único ventilador de la estancia no daba a basto. Lo salva la piscina, que es lo que hacía llevadero las noches de insomnio.
En general, la casa está muy bien, equipada con todo lo necesario. Propietarios muy amables, nos han dejado productos de la huerta muy ricos.
La zona muy tranquila con supermercados cerca y locales para comer y tomar algo (recomendamos la Pizzeria Pinky), en cuanto al acceso a la playa, se hace complicado, ya que hay que cruzar una avenida con mucho tráfico de coches y unas vías de tren (bastante peligroso). Hay que dar un gran rodeo para acceder a un paso subterráneo.
A pesar de los inconvenientes mencionados, las vacaciones han sido estupendas.